La manada se hace fuerte en Uría

16-12-2013

La manada se hace fuerte en Uría

 Marta PÉREZ Una manada integrada por decenas de perros irrumpió ayer en las calles del centro de la ciudad en una marcha reivindicativa para luchar por su familia, la protectora Masquechuchos, una de las mayores de Asturias, al borde del cierre. La asociación pasa por uno de los peores momentos desde su fundación, hace más de 15 años, debido a una orden de desalojo que les obliga a abandonar su albergue de animales en La Pontiga, que no cuenta con la calificación de núcleo zoológico. Doscientos perros se quedarían en la calle.

"Pensamos que la cabalgata nos haría visibles, queremos que se nos vea, que conozcan a nuestra familia", indicó Blanca Rodríguez Casielles, fundadora de la asociación, que ya ha conseguido recoger 19.000 firmas para frenar el desalojo del albergue de animales. "El Ayuntamiento se ha comprometido a legalizarnos y esta misma semana enviaron al Principado, que es quien ha ordenado el desalojo, un informe favorable sobre nuestra situación", concretó. No obstante, el albergue, con una superficie de 5.000 metros cuadrados, se les queda pequeño; a medio plazo, la familia Masquechuchos necesita un terreno mayor para subsistir.
 
La entusiasta "marea azul" de la protectora, sus voluntarios, guió a los perros de Masquechuchos por las calles Independencia y Uría hasta llegar a la plaza de la Catedral, siguiendo el mismo recorrido que la cabalgata de los Reyes Magos. Fueron muchos los ciudadanos que preguntaron de qué se trataba, e incluso alguno se interesó por la posibilidad de adoptar un perro. Entre ellos se encontraba la pequeña "Nona", una cachorrita de sólo tres meses, la última en incorporarse a la familia de la protectora. Además de los voluntarios de Masquechuchos, a la cabalgata se sumaron de manera espontánea ovetenses que estaban paseando con sus perros por las calles del centro. "Son unas fechas delicadas, muchos abandonos son consecuencia de regalos de cachorros en Navidad", indicó Marisé Martín. La marcha finalizó en la calle Ventura Rodríguez, donde la galería Arancha Osoro ha colgado obras cedidas por pintores asturianos para colaborar con la protectora Masquechuchos.